Planes de pensiones: la repetitiva duda antes de comerse las 12 uvas
Esta época del año hace que nos volvamos a preguntar si realmente es una buena opción suscribir un plan de pensiones. El motivo por el que se lo plantea la mayoría es por su deducción y porque, si lo contratamos en caso de que nuestra renta salga a pagar, podremos beneficiarnos de esa deducción y estaremos suscribiendo un producto de ahorro.
La finalidad de un plan de pensiones es el ahorro a largo plazo. Pues como su nombre indica, el cliente no podrá disponer de ese capital invertido hasta el momento de su jubilación, a menos que pueda encontrarse en alguna de las excepciones reguladas por ley. Concretamente por el Real Decreto Legislativo 1/2002, de 29 de noviembre por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley y Regulación de los Planes y Fondos de Pensiones.
El contratante del plan, que recibe el nombre de partícipe, podrá efectuar aportaciones periódicas o puntuales. La aportación máxima anual es de 8.000 euros. Sería recomendable que antes de que terminara el año, tuviera una previsión de su próxima declaración de renta para poder decidir si suscribe algún plan de pensiones y qué aportación realiza.
El mayor número de contrataciones se realizan a final de año por el atractivo fiscal que suponen y porque solemos esperar al último momento para desprendernos de nuestro dinero. Para que nos apliquen la deducción en la declaración de la renta de 2018, tenemos que haber efectuado la contratación a más tardar a finales de 2018.
Hay que tener en cuenta que el dinero invertido en un plan de pensiones no está garantizado. Existen planes con mayor o menor riesgo. Los planes de pensiones están gestionados por gestores que serán los encargados de que el plan evolucione favorablemente.
Otra cuestión importante a tener en cuenta es cómo rescatar el plan cuando llega el momento de la jubilación. Cuando se rescate el plan, la tributación se ejercita tanto por el dinero ahorrado como por el beneficio obtenido. Parece razonable no rescatar todo el plan de golpe. Si lo rescatamos en una sola vez, el importe rescatado se sumará a los ingresos y puede que la escala de tributación sea de las más elevadas. Sería conveniente haberse asesorado con anterioridad al rescate del plan, para que sea lo menos gravoso posible para el suscriptor del plan.
A los Reyes Magos de Oriente, les pediría que ampliaran el elenco de productos que podemos contratar y utilizar para deducciones fiscales.
Por: Cristina Muntañola