El riesgo de endeudarse en enero: Reyes y rebajas

La decoración de la casa para la temporada navideña, el regalo para los profes, el calendario de adviento, el pavo, los turrones y dulces, Papá Noel y los Reyes Magos… llegamos a enero y ¡por fin parecen que acaban los gastos interminables en estas fechas…!

O no.

Enero es sinónimo de rebajas: tentadoras ofertas que nos animan a aprovechar la oportunidad de comprar ese abrigo al que le habíamos echado el ojo pero que Papá Noel olvidó en su trineo o ese dispositivo electrónico último modelo que se agotó en el Black Friday.

Vamos a la caja con nuestro abrigo o nuestro móvil y, al pasar la tarjeta de crédito, el terminal nos pregunta si queremos aplazar el pago de la compra.

Antes de responder es esencial conocer las características de esa opción de aplazamiento que nos proponen en el momento de pagar.

La tarjeta de crédito de nuestro banco y que nos permite varias opciones de pago se denomina “revolving” puesto que permiten pagar a crédito y volver a disponer de las cantidades que vayamos amortizando.

Si decidimos pagar al contado todo el gasto de un mes se acumula y se abona de una sola vez al mes siguiente. Esta opción no genera intereses y, dependiendo de cómo de mermada haya dejado nuestra cuenta bancaria la lubina y los polvorones, es la opción mas recomendable para que el ahorro de las rebajas no lo perdamos en el abono de intereses.

Pero en determinados casos abonar en 5 o 7 plazos una determinada compra puede ser interesante para evitar descapitalizarnos cuando se trata de un articulo de elevado coste.

La forma de pago aplazado de una tarjeta revolving es por defecto el “mínimo a pagar”. Pagar la cuota mínima supone que entre el 70% y el 80% de la cantidad que paguemos irá directamente a intereses, amortizaremos muy poco capital y por tanto ese teléfono último modelo que en rebajas tenía un precio de 1.000 €, terminará costando más de 2.000 € al cabo de diez años.

¿Dónde queda la rebaja?

Los abogados de Red Abafi vemos año tras año cómo compras realizas en periodo navideño o en rebajas acaban por provocar una obligación de pago casi perenne con elevados intereses que es difícil de saldar si no es mediante un procedimiento judicial que valore la transparencia del contrato o la posible usura del tipo de interés aplicado.

Por ello antes de darle a “sí” en el  terminal y optar por el aplazamiento, debemos conocer cuál es la forma de pago, huir del “mínimo a pagar” como si del Grinch se tratase y optar por pagar en no más meses que días tiene del calendario de adviento.

Con ello evitaremos quedar atrapados en una espiral de pagos incesantes y poder disfrutar, sin sobresaltos, de nuestras compras en rebajas.

 

Autora: Belén Rincón

 

Comparte