Inflación en Europa y como afecta al consumo

La subida de tipos de interés que comenzó a experimentar el continente europeo desde el mes de julio de 2022, con un Euribor en ascenso durante todo el ejercicio, hasta que pisó freno en el mes de octubre de 2023, se produjo por razón de una política monetaria que desplegó el Banco Central Europeo (BCE) para combatir la actual depreciación del Euro frente al Dólar, así como para contener un repunte de la que ha resultado ser la inflación más alta de la historia de la Comunidad Económica Europea (CEE), cuyo indicador en España lo encontramos en el Índice de Precios al Consumo (IPC).

Es de suponer que la decisión última de frenar la subida de tipos de interés, adoptada por el Consejo de Gobierno de Banco Central Europeo, trae causa de un proceso de desinflación en la Eurozona, aunque también puede haberse tenido en consideración la gravedad de una coyuntura económica de tipos de interés al alza con una tasa de inflación que los rebasa, que ha producido una rebaja significativa de la demanda de crédito financiero desincentivando igualmente el consumo familiar, sin que hasta el momento se hubiese producido un correlativo incremento en la remuneración de los depósitos, lo que provocaba un enorme riesgo de recesión.

Este compromiso de nuestras Instituciones por acelerar la economía europea, requiere de una especial atención por parte de nuestras familias hacia el consumo, máxime cuando llega una época como la que recientemente hemos vivido, en la que acechan las rebajas comerciales, que incluso se adelantan para hacerle la competencia (o ayudar, según se mire) a personajes de la talla de Papá Noel y a sus Majestades los Reyes Magos de Oriente.

Esta seducción política, comercial, emocional y espiritual, que se une a la propia necesidad de consumir, puede llevar al consumidor a precisar de crédito para hacer frente a tales circunstancias, por lo que resultará muy conveniente que todos prestemos atención a la calidad del crédito que se introduce y se solicita en el mercado.

El nuestro es un mercado que no siempre está convenientemente supervisado, en el que se introducen productos que, si bien resultan atractivos y aparentemente sencillos ab initio, con el tiempo pueden llevar a sus titulares a situaciones de auténtica desesperación.

Y es que existen demasiadas personas cuya preocupación principal se ha centrado, muchas veces en silencio, en hacer frente a microcréditos que se suceden uno tras otro sin solución de continuidad.

Son ya demasiadas personas atrapadas en interminables contratos de tarjeta de crédito revolving que, si bien querrían poder cancelar el contrato y olvidarse para siempre de tal nefasta experiencia crediticia, se ven forzados a continuar en la rueda que el suministrador de crédito les había trazado.

Vaya por delante que prevenir es mejor que lamentar, pero sepan ustedes nuestros seguidores que, desde Red Abafi, Abogados y Economistas, estamos disponibles para defender los derechos de los consumidores y usuarios.

 

Autor: Juan Rodríguez-Ovejero

 

 

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