Consumidores guapos, pero no tontos

Llega el buen tiempo. Y con él, aumentan las ganas de verse bien. El frío nos ayuda a tapar más los «defectillos» que tenemos, pero con el calor, nos exponemos más. Y no todos estamos contentos con lo que vemos. Y en mayor medida y cada vez más, los jóvenes. El tremendo bombardeo de “influencers” en las redes sociales sobre el cuerpo y su belleza, hace que estos, al ser más vulnerables, cedan en mayor medida a las presiones por estar perfectos.

Según un informe socioeconómico de la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) un 40% de la población española ha utilizado los servicios de medicina estética en alguna ocasión, siendo aproximadamente en un 70% usado por mujeres y el 30% restante, por hombres. Pero lo más llamativo es que la media de edad del paciente que acude por primera vez ha bajado considerablemente. Así, ha pasado de los 35 a los 20 años en no mucho tiempo. Esto demuestra la enorme presión a la que se ve sometida gran parte de la población más joven.

Si a eso añadimos que lo natural es que su búsqueda de información sea a través de internet, tenemos la base ideal para que caigan en manos de desaprensivos que solo buscan beneficio económico y se hagan pasar por profesionales de la medicina estética sin serlo (hasta un 15 % de los pacientes han caído en las garras del intrusismo).

Para evitar ser engañados, es conveniente conocer que para poder ejercer la medicina estética, el médico titular debe estar colegiado, debe tener el conocimiento necesario, y no menos importante, el centro debe disponer de la autorización U.48 para realizar procedimientos médico estéticos. Si no se dan esos tres requisitos, nos encontramos ante un caso de intrusismo del que hay que huir si no queremos tener consecuencias indeseadas. Hay que confirmar toda esta información para asegurarnos una atención profesional adecuada. Es por ello que los pacientes deberán salir de la consulta con un consentimiento informado del procedimiento al que se van a someter. 

Por otra parte, esa autorización U.48 nos sirve para detectar asimismo a una empresa seria, profesional y, por tanto, con menos probabilidades de encontrarnos ante cierre de clínicas que dejen a los pacientes con el tratamiento contratado a medio hacer, cuando lo ha abonado íntegramente, a través de un contrato de crédito vinculado que además sigue pagando.

De este tema de los créditos vinculados, ya hemos tenido la ocasión de pronunciarnos anteriormente. En concreto, aquí: ¡Cuidado con los créditos vinculados y sus «plazos sin interés»!. Es preciso tener conocimientos siempre de los derechos que nos asisten como consumidores.

La medicina estética puede ser una buena herramienta para mantener o aumentar la confianza en uno mismo, pero ya hemos visto que no de cualquier manera. Así que, si piensas que necesitas un retoque, es fundamental informarse bien sobre el acto que se quiere hacer, acudir a lugares que cumplan los requisitos exigidos por la SEME, preguntar cualquier duda sobre el tratamiento que te quieres realizar y, en caso de necesitar financiación, no la firmes sin conocer todas las condiciones de la misma. Si es necesario, los componentes de RED ABAFI estamos para resolver cualquier duda al respecto. Recuerda: guapos, sí. Tontos, no.

 

Autora: Mª Carmen Sánchez Marín

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