CDA Triodos: la banca ética y el «déjà vu» de los productos tóxicos

Hace unos años, cuando se produjo la denominada tormenta perfecta de los productos bancarios de inversión comercializados de manera defectuosa, surgieron los nombres de diversos productos calificados como tóxicos, entre los que se encontraban los swaps, warrants, derivados, obligaciones subordinadas, bonos convertibles y participaciones preferentes, entre otros.

Para algunos pasaron desapercibidos o creyendo que eran un depósito a plazo garantizado, pero para otros, sobre todo el que estuviera afectado por uno de ellos, la necesidad de conocer la realidad a la que se enfrentaba -sorpresivamente diferente a lo previsto al inicio-, hacía que se volvieran expertos para obtener toda esa información requerida para su conocimiento, que había sido omitida previamente por la entidad, y así poder salvar sus ahorros que no había manera de liberar.

Todo ello conllevó, en la mayoría de los casos, que hubiera que proceder judicialmente para que las sentencias de los juzgados y tribunales amparasen finalmente a los clientes por la referida comercialización defectuosa de los mismos, al haberse omitido los deberes exigidos de información en cuanto a riesgos y adecuación al perfil del cliente.

Cuando parecía que dicha tormenta había amainado, nos encontramos con un producto nuevo, denominado CDA comercializado por Triodos, que rememora casi idénticamente la situación de antaño. En este caso, además del producto, lo llamativo es la entidad que lo comercializa, Triodos Bank, la autodemoninada banca ética y sostenible, que pretendía marcar diferencias con la banca tradicional y desarrollar un modelo de negocio bancario basado en valores y con impacto positivo, que combina la rentabilidad financiera con la rentabilidad social y medioambiental.

Los CDA, iniciales de los Certificados de Depósito de Acciones, es un producto de inversión complejo y de riesgo máximo (6/6), que cotizan en un mercado interno y cerrado, y que no tienen fecha de vencimiento, por lo tanto su funcionamiento ha quedado a la voluntad del banco. 

Hace dos años, en marzo de 2020, al tiempo de declararse la pandemia, Triodos decidió cerrar el mercado de intercambio de este producto y así ha permanecido, salvo el periodo comprendido entre octubre de dicho año y enero de 2021 en el que se reabrió. La justificación al cierre se basa, según la entidad, en la incertidumbre generada por la situación financiera y las limitaciones y restricciones impuestas como consecuencia de la Covid-19.

Esta situación de bloqueo para que los clientes puedan disponer de su dinero ha generado inquietud y sorpresa por el repentino cambio de las condiciones, ya que en principio quedaban al margen de la volatilidad de los mercados, y desde el cierre del mercado la pérdida del dinero invertido se ha convertido en una situación más que posible.

Por ello, la entidad ha creado un Sistema Multilateral de Negociación, que es una plataforma de negociación, como alternativa a la cotización en una bolsa de valores, a la que solo pueden acceder los participantes registrados, pero con la posibilidad de unión de nuevos interesados (tanto privados como institucionales), en la que en función del rendimiento, las expectativas y la evolución del mercado, entre otros factores, así como la oferta y la demanda determinarán el precio de negociación una vez la cotización sea efectiva.

También, la Junta General Extraordinaria de 29 de marzo ha aprobado un programa de recompra restringida, con un importe máximo de 2.000 € por titular, con una pérdida del 30% (descuento por iliquidez, como lo ha denominado la propia entidad); así como un fondo solidario de recompra, para aquellos clientes que precisan liquidez con mayor urgencia por distintos motivos (para gastos vitales, situaciones imprevistas y sin activos que se puedan hacer líquidos), con un importe máximo de 6.000 € por titular.

Estas circunstancias de bloqueo, indeterminación y planteamiento de planes extraordinarios no son muy halagüeñas para los afectados, que se verán abocados a velar por sus intereses en los tribunales.

Los profesionales que conformamos Red Abafi estamos analizando las soluciones propuestas por la entidad para asesorar debidamente a los afectados y que puedan recuperar la totalidad de su dinero sin penalizaciones.

Por: Álvaro González-Astolfi Infante

 

 

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