Red Abafi Abogados y Economistas

Ponga un economista en su vida…

Me vais a permitir unas líneas para reivindicar la figura del economista. Ya ha pasado un lustro desde que me incorporé al mundo del derecho bancario, proveniente del “otro lado”.

Entendí que mi experiencia en el campo de algo me debería servir. De repente me encontré moviéndome en un mar lleno de peces abogados, peces procuradores y peces jueces… y lo cierto es que uno no es consciente del valor que puede aportar a la actividad hasta que reflexiona sobre ello.

Ganar una demanda es importante, es una premisa esencial, pero asegurarnos que se gana bien es fundamental.

Sin ir más lejos, y como anécdota repetitiva, recientemente me facilitaron cuatro préstamos que ya habían sido ejecutados por la demandada en cumplimiento de sentencia.

Al analizarlos resultó que habían abonado en torno a 28.000 € en lugar de los 36.000 € que resultaron finalmente.

Estadísticamente observo una desviación ”aleatoria” en torno al 5-10% en los cálculos realizados por la banca, a su favor.

Suelos, IRPH, Multidivisas, Preferentes, Subordinadas… Constituyen un caldo de cultivo en el que las cifras que se mueven hace que el error de cálculo sea una táctica interesante que si se detecta se corrige y no pasa nada, y si no se detecta… pingües beneficios.

Para que luego venga el “pez político” de turno  a insinuar que los que estamos luchando contra estos abusos poco menos que somos el origen del problema, que nos lucramos de manera poco menos que ignominiosa (recuerdo palabras de cierta portavoz del partido de la margarita… perdón quise decir de la rosa). Confundir el origen con la solución revela una miopía de caballo o un intento de ocultar los verdaderos intereses, de los verdaderos interesados.

Por todo ello desde Red Abafi abogamos por un servicio personalizado y de calidad, lejos del modelo “americano” de masas que prolifera en nuestros días. Un servicio que garantice una resolución óptima del expediente, tanto desde el punto de vista jurídico como del económico, moviéndonos como pez en el agua.

Por: Eugenio García

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