Las criptomonedas son el presente. Pero, ¿qué es una criptomoneda?

Las criptomonedas, criptodivisas o criptoactivos son monedas o dinero digital, esto es, carecen de una entidad material (no tiene una representación física como, por ejemplo, un euro o un dólar) pero sí tienen valor económico y por supuesto se utilizan en transacciones financieras, aunque no son emitidas por ningún banco.

Hasta hace dos o tres años nos sonaba como algo ajeno propio de inversores habituados a las operaciones digitales complejas  y que no estaba al alcance de todos, ni se manejaba con habitualidad, pero poco a poco y entre otras cosas, seguro que por influencia -cómo no- de la pandemia mundial, el dinero digital nos va invadiendo. Y esto es así, porque si la mayoría de las transacciones comerciales se hacen por Internet, resulta lógico que empiece a ser más popular el «dinero virtual”. Como ejemplo podemos mencionar -hace unos meses fue noticia- cómo una obra del artista Bansky fue adquirida en subasta mediante Bitcoins a través de la no menos conocida empresa de subastas Sotheby’s.

La moneda virtual que más nos “suena” como profanos en la materia, es el Bitcoin, pero aunque tal vez sea la que más se ha popularizado, no es la única, convive con otras con nombres tan sugerentes como Ethereum, Dogecoin, Litecoin o Avalanche. Sin embargo, a día de hoy existe muy escasa regulación sobre este mercado monetario y esa falta de control genera ventajas pero también peligros, utilizándose -por su opacidad- por ciberdelicuentes o como medio de blanqueo de capitales.

Efectivamente. el primer problema, que para algunos usuarios resulta una ventaja, es que carece de un mercado regulado, y que escapa al control de los bancos centrales. Además, aunque es cierto que se empieza a utilizar, no se trata de un medio de pago universalmente aceptado ni de curso legal, a excepción de en El  Salvador, el primer país que ha “legalizado” el Bitcoin, y se empieza a utilizar a la vez que están constatando la necesidad de un marco legal más sólido que ampare su circulación. 

¿Cómo funcionan?

Su funcionamiento no es sencillo, pues debe partirse de que el sistema está creado por ordenadores descentralizados, cada moneda digital tiene su propio algoritmo. Para obtenerlas se puede acudir a los exchanges: son las empresas que se encargan de cambiar las monedas de curso legal, por ejemplo euros en Bitcoins, y una vez conseguidos se almacenan en los denominados Wallets, que no dejan de ser carteras, o sea aplicaciones informáticas que te permiten guardar las criptomonedas.

¿Dónde cotizan?

En cuanto a su cotización, el Bitcoin por ejemplo está siendo muy volátil -como todas las criptomonedas, lo que hace que en ningún caso a día de hoy sea un valor “seguro” o que pueda ser utilizado como medio de ahorro, por su excesivo riesgo.

Su cotización se plantea en el mercado de las Criptomonedas y el precio realmente lo determinan los usuarios. Esto es, el precio lo determina el mercado de compraventa de este activo financiero, de manera que se van cruzando operaciones de venta con las de compra y toda la transacción se realiza de forma digital, sin que haya un estado o un banco que lo respalde, al menos de momento. 

¿Cuál es su regulación?

En la UE se ha detectado la necesidad de una regulación, pero de momento la obligatoriedad de un marco normativo se retrasa hasta 2024, si bien algunos países ya ha empezado a mostrar interés en dotar a estos sistemas de un marco jurídico adecuado. De momento algunos países, como Francia o Alemania, preparan un marco legal, 

En nuestro país la cuestión se he empezado a abordar de una forma básica a través del Real Decreto Ley 7/2021 de 27 de abril, que entre otras cuestiones empieza a controlar la obligaciones de las empresas que presten servicios relacionados con las criptomonedas, especialmente a nivel fiscal y de medidas preventivas contra el blanqueo de capitales (lo que más interesa al Estado) y se prevé la creación de un Registro de operaciones de criptomonedas en el Banco de España (BdE), en el que se deberán inscribir las empresas o personas físicas que ofrezcan cualquier servicio relacionados con las criptomonedas dentro del territorio español. De alguna manera, se está empezando a detectar la necesidad de una regulación, aunque hay que recorrer el camino que permita, en 2024, tenerlo preparado.

La criptomoneda no es ciencia ficción, en un futuro cercano es posible que todos tengamos el monedero electrónico de criptomonedas, ¡preparemos la cartera, perdón, el Wallet)!

Por: Marisa Gracia Vidal

 

 

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